“Impacto de la crianza en una Adolescencia con Sentido”
“Un niño necesita aliento como las plantas necesitan agua.
Es esencial para el crecimiento y desarrollo saludable.”
Rudolf Dreikurs
¿Recuerdan cuando su hijo era un bebé? … seguramente estaban pendientes de cada uno de sus movimientos, celebrando cada logro por pequeño que fuera, siendo tolerantes y alentadores para que a través de nuestras palabras y acciones alcanzarán sus propios éxitos. Poco a poco, se fueron construyendo puentes para que ese pequeño identificara un espacio seguro y desarrollara sus habilidades. Conforme los hijos demuestran independencia se amplían los límites de cada puente, permitiendo su autonomía.
Hoy puede ser que convivamos con un adolescente, un joven que está aprendiendo a ser adulto… ¿cómo estás construyendo esos puentes?, ¿son puentes tan amplios que su adolescente se siente perdido por no entender hacia dónde dirigirse o demasiado estrechos porque reflejan tus propios temores?
La adolescencia es un tiempo de individualización que algunas familias viven como si se tratara de estar atravesando una zona bélica; sin embargo, recuerden que sólo es un breve periodo del proceso de crecimiento y no es el destino final.
Nelsen, J y Lott, L. (2003) explican que las características de la individualización son:
- Los adolescentes tienen la necesidad de descubrir quiénes son.
- Generalmente parece rebeldía para los padres.
- Los adolescentes atraviesan por enormes cambios físicos y emocionales.
- La relación con los compañeros tiene prioridad sobre las relaciones con familiares.
- Los adolescentes exploran y ejercitan el poder personal y la autonomía.
- Los adolescentes tienen una gran necesidad de privacidad.
- En ocasiones los padres pueden convertise en vergüenza para sus hijos.
- Los adolescentes se ven así mismos omnipotentes y sabihondos.
Todos estos elementos son comportamientos transitorios, a menos que, el resultado de los conflictos sean tan fuertes que generen resentimientos para el futuro. Para prevenir posibles desastres una estrategia clave es construir una relación afectuosa y firme con sus hijos. Es importante que ellos sepan que son incondicionalmente importantes para usted y que le proporcione las oportunidades que se requieran para la práctica y adquisición de habilidades para la vida.
Pero… ¿por dónde empezar?
Alfred Adler, padre la Psicología Individual nos habla de tres creencias empoderadoras que ayudan a los niños, adolescentes y jóvenes para tener éxito en la escuela y la vida:
- Soy Competente. Favorece un ambiente seguro y sin juicios acerca de los éxitos y fracasos, permítele a tu hijo vivir y cumplir con sus responsabilidades desde tu acompañamiento. En estos tiempos de resguardo reflexiona: ¿cuáles son las actividades que pueden realizar y favorecer la experiencia de “Soy competente”?
- Contribuyo de forma significativa y soy realmente necesitado. Para que tu hijo crea que es importante en su familia necesita experimentar que es escuchado y tomado en serio.
- Utilizo mi poder personal para tomar decisiones que tienen influencia postiva en lo que me sucede a mi y a mi comunidad. Nuestros hijos tienen un poder personal que van a utilizar, es importante darles oportunidades para su uso de forma productiva. Establece con claridad en familia cómo cada uno de los miembros contribuye, cuáles son sus responsabilidades y derechos.
Definitivamente la misión de padres, madres o tutores no es sencilla, pero acompañar desde el amor, la conexión, el respeto y la responsabilidad será un proyecto que llegará a buen termino.
Finalmente les quiero compartir una frase del Dra. Shefali quien señala: “El empodaramiento no viene de experiencias agradables, sino de ser capaz de responder con consciencia plena a las situaciones adversas”.
Recuerda que somos #FamiliaRochavi.
Psic. Alejandrina Bolio
Referencias:
Nelsen, J. y Lott, L. (2003). Disciplina Positiva para Adolescentes. México:Ruz.